Valle de San Vicente, Baja California. México.

Proveniente de nuestros viñedos plantados el año 2006 y ubicados en San Vicente, en el Ejido López Rayón; las vides de Sauvignon Blanc tienen la particularidad de estar plantadas en la ladera de un cerro con orientación Este-Oeste y dispuesta en terrazas, con suelos graníticos y delgados. Además, la ubicación del viñedo, situada en un cañón en cuya falda está el lecho de un arroyo, hace que la humedad y los vientos provenientes del Océano Pacífico penetren en él y con ello se conserve de mejor manera las Temperaturas y Humedad. El Viognier por su parte, proviene de nuestros viñedos ubicados en un campo de suelos de origen coluvial, un terreno con suelos más profundos y con una influencia marina menos marcada.

El Año 2020 contó con buenos regímenes pluviométricos, principalmente concentrados en invierno en los meses de febrero y marzo, no se presentaron lluvias tardías lo que benefició el desarrollo de las variedades blancas. Este año tuvo una primavera templada y un verano cálido y carente de humedad elevada lo que permitió un desarrollo adecuado de los diversos varietales en forma homogénea.

Los 2 cultivares fueron cosechados a mano y fermentados en tanques de acero inoxidable; en forma separada el Sauvignon Blanc y Viognier, a temperaturas de no más de 14°C, para luego ser clarificados, ensamblados, estabilizados y filtrados previo a su envasado.

Vino con un color amarillo dorado tenue, prístino y muy brillante. De intensidad varietal aromática muy presente y persistente, se revelan aromas frutales principalmente cítricos como pomelo y limón, peras, manzana verde y membrillos; florales como azahares de naranjos. En boca se presenta con un ataque muy vivo, resalta su frescura debido a su marcada acidez; de final seco y fino.

Valle de San Vicente, Baja California. México.

El año 2021, con precipitaciones muy débiles con promedios por debajo de los últimos años, representó una característica diferenciadora respecto a las añadas precedentes. Un invierno, con unas temperaturas templadas al igual que la primavera, sin días calurosos. El verano, al igual que todos los años, muy cálido y seco el cual se extendió más allá de lo meses típicos.

Ambos cultivares fueron cosechados a mano y fermentados en tanques de acero inoxidable en forma separada a temperaturas de no más de 24°C para revelar los matices aromáticos frutales que caracterizan a ambos varietales. La fermentación maloláctica se realiza con bacterias nativas. Posterior a esto se ensamblaron, se clarificó, estabilizó y filtró previo a envasar.

Vino de un profundo color rojo violáceo; brillante y limpio, con ribetes de tonalidad un poco más tenues. De nariz afrutada con aromas que recuerdan principalmente las frutas rojas del bosque: zarzamoras, fresas, frambuesas, grosellas y cerezas; aromas de hojarasca, eucaliptus y mentol. En boca se muestra con una intensidad liviana de sus taninos donde resaltan nuevamente los aromas percibidos en nariz. Es un vino correcto, de estructura media y final abocado.